Aumentan entre un 15% y un 20% al año los delitos relacionados con las monedas digitales y otros delitos principales vinculados a las monedas digitales son el ‘ransomware’ y la ‘sextorsión’ que más abajo hablaremos de ello.
Unas 800 personas al año son víctimas de estafas por falsas inversiones en criptomonedas, según datos de los Mossos d’Esquadra. Los estafadores crean una plataforma online que recrea un sitio web de inversión y las víctimas, que ven datos y gráficos falsificados sobre sus ganancias, creen que están comprando una moneda virtual. Sin embargo, el dinero que va a parar directamente a los timadores. Los afectados por este engaño pueden llegar a aportar entre 20.000 y 40.000 euros en total antes de darse cuenta del engaño. Los policía catalana alerta de que los delitos relacionados con criptomonedas están subiendo entre un 15% y un 20% cada año. En 2021 recibió las 1.600 denuncias.
Aunque las criptomonedas entraron en circulación de forma activa hace 10 años, no fue hasta hace cinco que los Mossos d’Esquadra detectaron que los delincuentes las estaban utilizando como una herramienta más. “Vimos que los criminales las utilizaban de varias formas: para ocultar sus operaciones, para cobrar rescates sin dejar rastro o para crear estafas de inversión“, explica en una entrevista en el ACN el jefe del Área Central de Delitos Económicos de los Mossos d’Esquadra, el subinspector José Ángel Merino. La policía catalana asegura que “en contra de lo que se cree”, las transacciones con criptomoneda se pueden rastrear: “Es difícil pero no imposible”.
Las falsas inversiones, la estafa principal
Del total de 1.600 denuncias que recibieron los Mossos vinculadas a alguna moneda virtual, unas 800 se corresponden con una estafa que la policía llama “falsas inversiones”.
Se trata de un engaño en el que la víctima cree que está invirtiendo en moneda virtual pero, en realidad, está enviando dinero a un estafador. El engaño comienza cuando el individuo ofrece a una persona asesoramiento para comprar moneda virtual. Si este acepta, el estafador le pide una serie de pagos de entre 200 y 300 euros para darse de alta en una plataforma a través de la cual podrá comprar e invertir en criptomonedas.
‘Modus operandi’
La plataforma, sin embargo, es un montaje de los estafadores que recrea un sitio web de inversiones. Allí la víctima ve datos y gráficos del rendimiento de sus supuestas criptomonedas. Entonces el estafador intenta establecer un vínculo de confianza con la víctima, le convence de que sus inversiones están fructificando y le invita a hacer aportaciones más importantes. Según Merino, las víctimas pueden llegar a aportar entre 20.000 y 40.000 euros, creyendo siempre que están invirtiéndolos.
Estos estafadores actúan como bandas criminales y cada miembro tiene roles determinados dentro de la organización: lo que capta, lo que fideliza, o lo que crea la plataforma web falsa, entre otros. Según las investigaciones de los Mossos, estos grupos suelen operar desde ‘call centers‘ de Europa del Este, aunque cuando hablan lo hacen en castellano, y todo el contacto que tienen con la víctima lo hacen online o por teléfono.
Cuando la víctima quiere recuperar tanto la inversión realizada como los beneficios que teóricamente ha obtenido, el estafador le pide más dinero bajo el pretexto de que son gastos de gestión por la transferencia. Por último, el estafador desaparece. “Es entonces cuando la víctima se da cuenta de que ha sufrido una estafa y viene a comisaría”, puntualiza Merino.
Las academias de formación
Uno de los casos más conocidos relacionados con las criptomonedas es el de la academia IM Academy. El producto que supuestamente vende esta empresa son cursos de inversión en moneda virtual. Pero una investigación de la Policía Nacional reveló hace dos meses que podría tratarse de una estafa piramidal: ofrecen recompensas económicas a sus miembros, a los que han contratado los cursos, por cada persona que convenzan para realizar los mismos cursos. En marzo, de hecho, la policía detuvo a ocho personas por este caso, tres de ellas en Catalunya.
En Catalunya, según el jefe del Área Central de Delitos Económicos, no se han detectado otros casos de estafa piramidal como el de IM Academy, que basa sus beneficios en el reclutamiento permanente de nuevos miembros, pero sí proliferan “falsas academias de formación”. Son academias que ofrecen cursos que cuestan entre 2.000 y 8.000 euros. “Prometen la independencia financiera y utilizan imágenes de famosos como anzuelo para hacerte creer que tendrás una vida de lujo sin hacer ningún esfuerzo”, ilustra Merino.
Timos difíciles de demostrar
En este caso sí que se dan sesiones de formación, siempre online, pero el problema viene cuando los usuarios realizan inversiones en moneda virtual, pierden dinero y se dan cuenta de que no obtienen las ganancias que les habían prometido. “En estos casos es muy difícil demostrar el timo porque ellos dicen que te han dado la formación que te habían prometido. A veces lo único que se puede hacer es poner una demanda civil por publicidad engañosa“, añade el mosso.
Merino apunta a que los que más caen en estos engaños son los jóvenes, aunque cree que debe considerarse una franja de edad amplia de entre los 20 y los 40 años. En todo caso, añade que si alguien quiere la independencia económica, invertir en criptomonedas debe ser “la última opción”.
‘Ransomware’ y ‘sextorsión’
El investigador explica que los otros delitos principales vinculados a las criptomonedas son el ‘ransomware‘ (robo de datos a través de un virus) y la ‘sextorsión‘ (extorsión que se realiza a cambio de no publicar imágenes sexuales de la víctima).
En estos casos, los delincuentes utilizan las criptomonedas para pedir el pago de un rescate y ocultar así el rastro de la transacción. De hecho, Merino señala que en los últimos años casi todos los rescates que se han pedido a cambio de recuperar datos robados o de no publicar imágenes sexuales se realizan siempre con moneda virtual. “Casi siempre se utiliza el ‘bitcoin’, que es la moneda más conocida y que resulta más fácil a las víctimas”, explica.
Baja incidencia
Las monedas virtuales también son utilizadas por otras organizaciones criminales como las bandas de traficantes, que las utilizan para guardar dinero. Intercambian sus ganancias por una moneda virtual y guardan en una memoria externa USB las claves que desencriptan la moneda y dan acceso a ella.
Sin embargo, Merino apunta que la incidencia de las criptomonedas en el ámbito delincuencial todavía es baja y el dinero en metálico sigue siendo mayoritario. “Por dos motivos: porque las monedas virtuales sufren mucha volatilidad y los delincuentes quieren seguridad, y porque para invertir es necesario tener unas nociones técnicasque no siempre tienen”, expone.
Sí se puede rastrear
“Se tiene la percepción de que las criptomonedas no se pueden rastrear, pero eso no es correcto. Existen herramientas que permiten saber la trazabilidad“, defiende el subinspector de los Mossos. De hecho, el cuerpo está colaborando con empresas externas que ofrecen un servicio de trazabilidad. “De este modo, casi en un 90% de los casos podemos conseguir llegar a saber cuál es la cartera virtual donde se ha realizado una transacción ilegal y, en última instancia, saber quién es la persona que está detrás. Es difícil pero es posible”, afirma.
La mayoría de las veces se paga a una cartera que está vinculada a una cuenta en el extranjero. Lo que hacen en estas ocasiones los Mossos es enviar una petición a la policía del país en cuestión para conseguir información o para intervenir la cartera. “En el 90 por ciento de los casos obtenemos una respuesta satisfactoria”, sentencia José Ángel Merino.