Ayer miércoles 14 de septiembre, sobre las ocho de la mañana, el barrio del Rieral de Lloret de Mar, se despertaba con una nueva situación de película, donde esta, se suma en menos de una semana a la detención de cinco personas por tráfico de drogas, y el caso mediático del okupa, que fue desalojado finalmente por la presión vecinal después de movilizar a más de 30 personas entre servicios de emergencias, bomberos y policías, desistiendo ante su intento por esta desocupación.
Esta vez las sirenas que sonaban en el Rieral eran la de cinco dotaciones de la policía local de Lloret de Mar, alertados desde la central de Trànsit (8:03h), avisando de un vehículo sustraído en otra población y tras la detección de la matrícula por parte de las cámaras situadas en la C-63 y que esta, estaba vinculada a alguna incidencia, se activó el dispositivo para la detención de este vehículo robado.
El dispositivo y estrategia de las unidades en servicio de la Policía Local a las 8:03h de ayer miércoles, fue la de esperar (al vehículo robado) dos unidades en la rotonda del Water World, otra unidad les esperaba en la Avinguda Vidreres, y otras dos unidades que se dirigían a la zona para reforzar la persecución.
El vehículo robado -Toyota Avensis familiar de color gris y matrícula española- cruzaba a alta velocidad la Avinguda Vidreres y en un giro a la derecha tomando la calle Josep Pla i Casadevall, paró. Del mismo salieron dos ocupantes dejando el Toyota en el lugar, en medio de la calle, abandonando el mismo. Salieron corriendo, huyendo, y varios agentes continuaron el seguimiento a pie, dejando sus patrullas también. Los dos individuos al sentirse acorralados, saltaron un muro entrando al jardín de una comunidad privada, donde terminó la persecución con la detención de ambos implicados, que pasarán a disposición judicial.