El animal presentaba síntomas de abandono por su dueño tras el inicio de la guerra en Ucrania y ahora compartirá vida en semi libertad con otros osos y lobos en un zoológico de Holanda.
Kiryusha, una osa parda de 24 años, que fue encontrada viviendo en condiciones lamentables en un campamento (tipo camping) de la ciudad de Stari Kuty (Ucrania), ahora desde el 10 de abril, tiene una nueva vida en un zoológico de los Países Bajos.
El fin de semana del 9 de abril, la Fundación ‘Bears in Mind’ con el lloretense Robert Melero a la cabeza del traslado, fueron a buscar a la osa parda a Ucrania que había estado viviendo en condiciones lamentables durante 18 años. En una operación rápida para evitar hacer noche en el país ucraniano, y así eludir cualquier incidente.
Nuestro vecino de Lloret, el veterinario Robert Melero, con más de una década especializado en traslados de animales de gran envergadura en largos trayectos, lo inmortaliza en este vídeo doméstico que comparte con los lectores de Lloret Gaceta:
Como se aprecia en el testimonio de Robert, percibió en la región donde se efectuó el trabajo, cierta normalidad en sus habitantes-al no ser aún atacada ni invadida por las tropas rusas- una población ya acostumbrada a las sirenas antiaéreas, negocios abiertos aunque con preocupación palpable con la gente que pudo hablar, y como curiosidad nos comenta que en las gasolineras solo se podían repostar 10 litros de combustible.
Robert Melero
Fue abandonada tras el inicio de la guerra
El animal vivió los 6 primeros años de su vida haciendo espectáculos en las calles ucranianas, entreteniendo a los transeúntes como “Dancing Bear” (oso bailarín), antes de ser encerrado en la jaula del campamento. A causa de la guerra en Ucrania, la osa vivía en una situación insostenible, y la ciudad donde se encontraba hasta el pasado fin de semana, está prevista ser evacuada en breve por el avance de las tropas rusas, entrando entonces el dueño en razón y cediendo el animal a las autoridades.
En su nueva vida en los Países Bajos, Kiryusha cumplirá con una cuarentena y después podrá rondar libre con otros osos y lobos rescatados en un bosque bajo la supervisión del zoológico y de la fundación animalista.
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