Al menos 12 vehículos estacionados en Fenals han sufrido sustracciones de gasolina y diésel en los últimos días
El elevado precio de la gasolina y el diésel está provocando la vuelta de una modalidad delictiva antigua y que parecía ya desterrada: el robo de combustible. Más de una decena de coches aparcados en la calle, en zonas poco transitadas, sufrieron en los últimos días sustracciones de carburante. Estos robos se registraron en la zona residencial de Fenals en Lloret de Mar, durante este último fin de semana, debido a tratarse de un barrio poco habitado en las estaciones de otoño e invierno con unas zonas muy tranquilas para que actúen los delincuentes según denuncian sus vecinos.
Hay varias formas de robar gasolina de un coche aparcado en la calle, si bien en Fenals, lo que están haciendo los ladrones en los vehículos que no tienen bloqueo o llave en el depósito del combustible, es abrir la placa del depósito y utilizar el método de la manguera, donde con una acción de absorción se va vaciando el depósito y llenando las garrafas, donde los turismos grandes y furgonetas son las principales víctimas.
Aunque hay otras maneras de robar el combustible para los vehículos que si disponen de llave o bloqueo en el deposito, como la de cortar el manguito que lleva el combustible desde el depósito al motor y utilizan también una garrafa para sacar el carburante y luego vuelven a colocar el macarrón de plástico donde estaba. El coche aparentemente no ha sufrido ningún daño, pero su propietario se encuentra cuando vuelve a utilizarlo que apenas le queda combustible y en otras ocasiones, los delincuentes llevan herramientas para perforar el lugar en el que se almacena la gasolina, lo que sí causa un daño mucho más grave al vehículo.
La escalada del precio del combustible, que se ha disparado hasta casi los dos euros el litro (de hecho, hay algunas estaciones de servicio en las que ya se alcanza este precio) ha generado una especie de oferta y demanda de los robos. Los delincuentes reintroducen después la gasolina en el mercado negro, ofreciéndola a precios mucho más baratos en unos canales clandestinos de distribución.
Los ladrones suelen llevar garrafas de 25 litros de capacidad para poder llenarlas de gasolina. Por el momento, no hay constancia de ninguna detención reciente en Lloret por este tipo de robos, aunque se está trabajando para que pare esta oleada.