¡Me encanta la época electoral!

Ya sé que a algunos os disgusta, ya que parece que los políticos se hacen los simpáticos. Pues es cierto que todos te sonríen y parece que, como dijo un buen amigo, todos estén en un Sálvame Deluxe. Pero hagamos un esfuerzo de comprensión: es cuando se arreglan calles, se hacen campañas de concienciación medioambiental, se tiene en cuenta nuestra opinión, los parques y jardines se remodelan y se cuenta con algunos actos de presentación que con dinero del partido invitan a dialogar y merendar.

¡Pues bien! Estas elecciones municipales 2023 no son una excepción. Un año más, todos, y cuando digo todos, son todos: rojos, azules, verdes, naranjas, violetas, negros o morados, todos, prometen salvar Lloret de Mar. 

Todos tienen y promueven ideas brillantes para que esta ciudad multicultural sea un ejemplo de riqueza y bienestar social. La realidad es a menudo diferente. Pasadas las elecciones, oímos aquello de: bueno, es que lo de la autopista a Lloret es cosa de la Generalitat, o bueno, es que lo de las ayudas viene de Europa.

Lo cierto es que nuestra querida ciudad se enfrenta a un futuro difícil, teniendo en cuenta que la situación geográfica es privilegiada y que sigue siendo un importante atractivo turístico. Muchos empresarios hosteleros siguen queriendo reproducir el mismo patrón de modelo turístico de bajo coste… 

Eso implica que el perfil de turista sigue siendo el mismo de antes de la pandemia, o sea, alta ocupación en los meses de julio y agosto, pero el resto del año y no digo temporada turística, que es solo de seis meses, ¿De qué se supone que vive la población? ¿De dónde sacamos trabajo para pagar los muchos impuestos que requiere vivir en una ciudad turística como Lloret de Mar? Porqué la externalización, que es el mal del trabajo precario, continúa en hoteles y no sólo en hoteles. Recordemos que el propio Ayuntamiento externaliza los trabajos de muchos empleados públicos. Ningún grupo político de los que están empezando a hacer campaña menciona éste importante tema para los trabajadores y residentes de Lloret de Mar.

Espero y deseo que alguno de ellos pueda llegar hasta aquí y poder reflexionar sobre este tema tan importante y quien sabe, quizás, sea un pequeño paso para el futuro cambio del tipo de turismo de nuestra querida población.