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Los Mossos investigan la primera denuncia de un caso de sumisión química por ‘pinchazo’ en Lloret de Mar

Tal como informa el diario catalán ARA, los hechos ocurrieron la noche del pasado 10 de julio en la céntrica discoteca St. Trop de Lloret de Mar, donde la víctima habría sentido un pinchazo en el brazo, que poco después sintió dormido. Tras evolucionar en un malestar general al poco rato decidió comunicarlo a su entorno y se decidieron ir a denunciar a los Mossos d’Esquadra. La víctima, no llegó a entrar en estado de sumisión, al no haber recibido suficiente líquido de esta droga, tras el pinchazo.

Relato de los hechos: La madrugada del domingo 10 de julio una joven de 18 años recibió un pinchazo con una jeringa mientras bailaba en la pista de la discoteca Sr.Trop de Lloret de Mar.  La chica explica que salió, al igual que de costumbre, y, en un momento determinado “Noté un pinchazo fuerte y mucho escozor, después se me durmió todo el brazo y empecé a encontrarme mal, pero pensé que debía de ser la picadura de un insecto, así que intenté no darle más  importancia y tranquilizarme”.  Al día siguiente, sin embargo, el malestar seguía y el picor en el brazo aumentaba, hasta que la madre, que trabaja en el sector sanitario, vio la parte del cuerpo enrojecida y rápidamente identificó el rastro de un pinchazo de jeringa a el altura de los deltoides.  En ese momento, ante la preocupación de no saber qué le habían inyectado a su hija o las condiciones higiénicas de la aguja, saltaron las alarmas a la familia y empezó la lógica de denunciar los hechos.

El primer paso fue acudir al centro de atención primaria de la población (CAP) reclamando un informe toxicológico para averiguar si habían inyectado a la joven algún tipo de droga sedante. Los profesionales sanitarios, pese a certificar que se trataba del pinchazo de una aguja, desestimaron realizar la prueba, alegando que hacía más de 12 horas de los hechos y que ya no se encontrarían rastros de ninguna sustancia psicotrópica.  La joven acudió entonces a la comisaría de los Mossos d’Esquadra para interponer una denuncia.  Los policías, sorprendidos por la naturaleza de los hechos, reconocieron que era la primera vez que recogían ese tipo de acusación y que desconocían el protocolo a seguir.  Por poner la denuncia, le reclamaron el informe toxicológico, el que justamente se le había negado en el CAP, y la derivaron al Hospital de Blanes.  Allí, la familia tampoco logró los análisis para determinar si su hija había sido drogada, pero, al menos, pudieron activar el protocolo contra pinchazos accidentales, que garantiza un tratamiento retroviral para prevenir posibles infecciones de VIH o hepatitis a través de la aguja.

Por último, la joven pudo formalizar la denuncia.  “Nos dijeron que ahora el caso estaba en manos del juez y que se abriría una investigación policial, pero 15 días después todavía no sabemos nada más”, lamenta la joven, que añade: “Como las autoridades policiales todavía no tienen ningún protocolo definido te encuentras totalmente desorientada y, aunque es verdad que el sistema sanitario está colapsado, cuando no te quieren realizar las pruebas te sientes desacreditada e incomprendida, con la angustia añadida de que esto suma a la situación”.

Un método en auge: Aunque este no es el ‘método’ más habitual de la sumisión, desde hace unos meses se han ido denunciando e identificando intoxicaciones por el método del “pinchazo” en diversas fiestas populares, festivales o clubes en España, una “moda” llegada de Francia.

Los Mossos d’Esquadra investigan también otro posible y mediático caso de sumisión química mediante un pinchazo con una jeringuilla  inyectable en Barcelona. Los agentes están intentando contactar con una joven que denunció haber sufrido estos hechos en una discoteca de la capital catalana el pasado viernes.

Se trata de la DJ Neska, que a través de su cuenta de Instagram, denunció este sábado 23 de julio que se encontraba bailando en el club Les     Enfants de Barcelona junto a una amiga. La joven publicó en sus redes sociales el siguiente mensaje: “Chicas, anoche a mi amiga y a mi nos pincharon en un club de Barcelona. A mi amiga en la pierna y a mi en el brazo. Cuando los sentimos nos lo dijimos mutuamente y fuimos a la barra a pedir ayuda”, explica la joven, que dice que no quiere causar “alarma”, pero sí advertir que “están pinchando en las discotecas y hay que saber qué hacer”.

El listado de síntomas de esta nueva modalidad de abuso, son: visión borrosa, sueño excesivo, dificultad a la hora de moverse, ver u oír cosas raras o no recordar qué ha pasado en las horas anteriores. También recuerda que lo más importante es “que tú sabes que ha pasado algo, pero no puedes pensar con claridad” y que, pase lo que pase, la víctima no tiene la culpa. Y lo más importante en caso de sentir un pinchazo es acudir corriendo al hospital para que inicien el protocolo. Además de la importancia de estar acompañado en todo momento para que nadie se pueda aprovechar de la situación. 

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