El pasado lunes, 18 de diciembre sobre las 21h, la localidad de Lloret de Mar se vio sorprendida por el descubrimiento de un hombre fallecido en plena calle. Aunque inicialmente se especuló sobre un posible atropello, los Mossos d’Esquadra han concluido, tras estos días de investigación, que se trataba de un suicidio. Sin embargo, el enigma persiste, ya que la identidad del fallecido, identificado por el pasaporte que portaba como Dusko Panic, ciudadano serbio de 46 años, originario de Vukovar (Croàcia), aún no ha sido confirmada.
El cuerpo sin vida fue hallado por una conductora que transitaba cerca del hotel Alexis, actualmente en desuso, cuando observó a un hombre tendido en la confluencia entre las calles Pau Casals y La Marina. A pesar de los traumatismos evidentes en el cuerpo, se descartó la posibilidad de un atropello, llevando la investigación hacia la hipótesis de una caída desde algún edificio cercano. La testigo alertó a los servicios de emergencia, que fueron hacia el lugar pero nada pudieron hacer por la víctima. El hombre estaba muerto y con evidencias de que había sido víctima de una muerte violenta.
Las autoridades locales y los Mossos se involucraron en una minuciosa búsqueda de pistas, consultando a vecinos y descartando la posibilidad de un vehículo involucrado. Aunque se ha descartado la hipótesis del atropello, el caso tomó un giro inesperado al surgir dudas sobre la identidad del fallecido. A pesar de llevar consigo un pasaporte que lo identificaba, el hombre no figuraba como residente en ninguna vivienda, ni se encuentran a conocidos, generando incertidumbre sobre su verdadera identidad.
A medida que los Mossos concluyen que la causa de la muerte fue el suicidio, las huellas dactilares del fallecido se han enviado a Serbia para confirmar su identidad. Mientras se llevan a cabo estos trámites, el cuerpo permanece en el depósito de cadáveres, y la comunidad local queda en vilo ante este enigma.