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Las anécdotas bajo las aguas de Lloret con Víctor Suris: sombrillas, dinero, algún dron y otros hallazgos inesperados

Cada rincón de Lloret de Mar guarda secretos e historias, pero pocos pueden contarlas como Víctor Suris Ramos, un apasionado del snorkel que, desde hace cuatro años, ha convertido las cristalinas aguas de la Costa Brava en su espacio de desconexión y aventura. Armado solo con gafas y un tubo, sin la asistencia de bombonas de oxígeno, Víctor se sumerge en las profundidades de hasta 15 metros en busca de fauna marina y, de vez en cuando, algún que otro objeto perdido.

Una conexión casi diaria con el mar

Víctor descubrió su amor por el snorkel hace cuatro años, encontrando en las inmersiones una forma de relajarse y escapar de la rutina diaria. “El mar me permite desconectar y relajarme. Además, es fascinante observar la fauna marina, que es increíblemente diversa aquí en Lloret”, comenta. Desde pulpos de grandes tamaños hasta peces voladores, doradas, palometones de más de 1 metro, bancos enormes de peces aguja e incluso barracudas, Víctor ha encontrado una impresionante variedad de especies. En estos últimos días de septiembre, destaca especialmente la presencia de grandes mantarrayas que nadan tranquilamente por la zona.

Su rutina de buceo es bastante consistente: suele bajar hasta los 15 metros de profundidad, con apneas de un minuto aproximado, en sesiones que duran alrededor de una hora y media. Esta actividad la realiza casi todo el año, desde abril hasta noviembre.

Explorando las mejores zonas de Lloret

Las zonas favoritas de Víctor para bucear están en los diferentes puntos de la playa de Lloret, aunque cuando tiene más tiempo, explora lugares más apartados como la Boadella, Fenals y Cala Trons y alrededores. Estos sitios, conocidos por su belleza y tranquilidad, le ofrecen una ventana al mundo submarino.

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Basuraleza

Durante sus inmersiones en las aguas del litoral de Lloret, Víctor Suris no solo disfruta de la diversidad marina, sino que también se enfrenta a la realidad de la contaminación. Entre sus hallazgos más comunes, menciona “vapers” (cigarros electrónicos), botellas de cristal y, sorprendentemente, botellas de gas de la risa, una droga en auge en Europa. Estas experiencias reflejan la necesidad urgente de cuidar los mares y océanos y preservar la belleza natural, aunque reconoce que no es una suciedad extrema y el mar de la costa de Lloret está bastante trasparente y se aprecia limpieza.

Sin embargo, no todo es perfecto bajo el agua. A lo largo de sus inmersiones, Víctor ha sido testigo de la basura que ensucia los fondos marinos. “La playa de Lloret tiene partes más limpias que otras. Del Museo del Mar hacia la Caleta está bastante limpia, pero la zona hacia la Mujer Marinera suele acumular más residuos”, relata. La situación es especialmente evidente después de temporales, cuando la arena limpia el fondo, solo para llenarse de nuevo a medida que pasa el verano.

Objetos perdidos y hallazgos sorprendentes

Uno de los aspectos más curiosos de las inmersiones de Víctor son los objetos que se encuentra en el fondo marino. Desde cientos de gafas de sol y sombrillas hasta collares y ropa, su lista de hallazgos es extensa. Pero algunos de estos descubrimientos destacan por su valor o lo surrealista de la situación.

Este verano, Víctor se topó con una sombrilla a unos siete metros de profundidad. Al intentar recuperarla, descubrió un pantalón atado a ella, con una cartera en uno de sus bolsillos. La verdadera sorpresa llegó al comprobar el contenido de la cartera: 1200 euros en efectivo junto a la documentación de su dueño, un turista. Como es habitual, cuando encuentra algo de valor, llevó todo a la Policía Municipal de Lloret, quienes se encargaron de localizar al propietario para que recuperara su dinero.

Otro de los hallazgos más recientes que llamó su atención fue un dron, también encontrado a cierta profundidad. Lo localizó el pasado sábado 14 de septiembre, un día después del espectáculo Drone Festival celebrado en Lloret, donde 200 drones volaron a ritmo de luces y colores. Víctor rescató el aparato (nº153) sumergido en el mar y lo devolvió a la empresa organizadora (Flock Drone Art). Al devolverlo, aunque le informaron que el dron ya no funcionaría tras haber caído al agua, estos aparatos contienen una caja negra que permitía rastrear lo sucedido durante su vuelo, antes de caer al mar.

Un llamado a la protección de las playas

A pesar de las curiosidades y las anécdotas que Víctor acumula, el mensaje es claro: las playas de Lloret, y sus aguas, son un tesoro que hay que cuidar. “Tenemos las mejores playas de la Costa Brava y de las mejores del mundo y hay que cuidarlas para poder seguir disfrutando de ellas”, concluye. Con el testimonio de alguien que conoce el fondo marino de primera mano, las palabras de Víctor resuenan como un recordatorio de la responsabilidad que todos compartimos para preservar este paraíso. Antes de finalizar la entrevista, Víctor ofrece un último consejo: “llevar una boya debería ser obligatorio para quienes practican este deporte”, ya que él mismo ha tenido algunos contratiempos —aunque no graves— y advierte que cualquier cosa en el mar, puede suceder.

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