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Fallece Filippo Rigat, cuarta generación de una saga de hoteleros pioneros en la zona

La vida de Filippo Rigat Tortorici, una figura clave del turismo en Cataluña y pionero en el esquí alpino, se apagó este martes a los 86 años en la población de Llavaneres. Empresario, deportista olímpico y heredero de una dinastía hotelera forjada en Camprodon hace más de dos siglos, Rigat deja un legado que transformó el sector turístico y deportivo en la zona. Para hacer un viaje a través de estos dos siglos con infinidad de instantáneas de la familia Rigat, su entorno y toda una vida dedicada a la hotelería, visita el siguiente enlace.

Hijo de una familia trabajadora profundamente vinculada al mundo de la hostelería desde 1804, Rigat fue el bisnieto de Antoni Rigat y Lluïsa Homs, fundadores de La Fonda Camprodon. Su madre, italiana, le otorgó un nombre que resonaría no solo en los negocios, sino también en el deporte de élite. En 1960, Rigat compitió en los Juegos Olímpicos de Invierno de Squaw Valley, Estados Unidos, en la disciplina de eslalon, destacándose también en campeonatos internacionales de esquí alpino y saltos.

Su impacto en el turismo catalán fue monumental. En los años cincuenta, lideró la creación de la primera estación de esquí de Cataluña, La Molina, revolucionando el modelo turístico en la región. Inspirado por sus estudios en Los Ángeles, introdujo los innovadores sistemas de telecabinas que marcaron un antes y un después en la infraestructura de las pistas. Los hoteles Ciervo Blanco y Solineu fueron los primeros en La Molina, seguidos por el icónico Hotel Rigat Palace, inaugurado en 1970.

La llegada a Lloret de Mar

Rigat también amplió la visión de la dinastía familiar más allá de las montañas, con proyectos como el Rigat Park de Lloret de Mar y el histórico Hotel Victòria en la Plaça Catalunya de Barcelona. Además, impulsó la apertura de una famosa sala de fiestas en la capital catalana, donde actuaron leyendas como Edith Piaf y Glenn Miller.

Su experiencia empresarial traspasó fronteras, llevándolo a trabajar como consultor para grandes compañías en Estados Unidos y a ejercer como presidente de la cadena Best Western en los años noventa. Este espíritu global se combinaba con su compromiso local, promoviendo competiciones internacionales de esquí y colaborando en iniciativas para llevar pruebas olímpicas de invierno a La Molina.

Rigat recibió múltiples reconocimientos, como las medallas turísticas del gobierno español y la Generalitat, así como el prestigioso Premio G! de la Diputación de Girona.

Su estrecha relación con figuras del sector, como Gabriel Escarrer Julià, fundador de Melià Hotels, con quien compartió fecha de fallecimiento, y recientemente fallecido (26 de noviembre) subraya su relevancia en el ámbito turístico global.

El último adiós

El adiós a Filippo Rigat tuvo lugar este jueves, 28 de noviembre, en el tanatorio de Sant Gervasi de Barcelona. Más allá de la despedida, su legado persiste en las montañas, en los hoteles que fundó y en la memoria de quienes se inspiran en su incansable espíritu emprendedor.

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