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El fiel cliente Moluqueño y Surinamés que llega todos los fines de temporada a Lloret de Mar

Estos días, las calles de Lloret se han llenado de visitantes moluqueños de raíces asiáticas provenientes de Holanda. Concretamente, esta pasada semana nuestro pueblo, acogió a más de una treintena de autobuses de aproximadamente 50 pasajeros cada uno.

Suelen ser habitantes de barrios de inmigrantes ubicados en las grandes ciudades de los Países Bajos. Hace más de 5 décadas que nos visitan, y ahora son nuevas generaciones descendientes de los antiguos habitantes de las Islas Molucas o Islas de las Especias situadas en Indonesia, cuyos habitantes pertenecían a una colonia holandesa llamada Nueva Guinea.

Después de su declarada independencia muchos emigraron a Holanda, donde ahora viven manteniendo su cultura, costumbres, religión (mayoritariamente musulmana), estilo de vida, comida, música y festejos.

A finales de los 70, y principios de los 80 empezaron a elegir Lloret como destino de vacaciones, y decidían instalarse en los apartamentos de Lloret. Con cada grupo se desplazaba su cocinera ya que sus hábitos son principalmente vegetarianos y aquí, era difícil encontrar lo que a ellos les gustaba. Siempre han sido grandes consumidores, asisten a todos los mercados cercanos, hacen compras y su presencia es económicamente interesante para el comercio local.

Con el tiempo, los propietarios de apartamentos lamentaban el estado en el que mayoritariamente estos quedaban después de unos días con los fogones cocinando a todas horas para multitud de personas, y poco a poco los han ido dejando de alquilar, por lo que actualmente se hospedan en hoteles casi en su totalidad.

Normalmente su estancia se limita a una semana, y justo cuando ellos se marchan llegan otros grupos holandeses de la etnia Surinam, aunque mucha gente confunde el cliente Moluqueño con el Surinamés por sus rasgos tan parecidos, y se suele generalizar como clientes Surinam a todos. Estan llegando esta semana entonces el cliente Surinam: son de origen latino, (Guayaba Neerlandesa, en Sudamérica) y proceden también de ciudades holandesas donde viven desde la independencia de su país en 1975. También ellos eligieron Lloret para sus vacaciones a finales de los 70 atraídos por el sol y el ambiente, y hoy en día siguen viniendo.

Estos grupos llenan nuestras calles en esta época ya que para ellos estas semanas son de vacaciones en su país. Muchos son los comercios, hoteleros y hosteleros que lucen la bandera (foto de portada de esta nota) de estas colonias con el fin de hacer sentir como en casa a estos fieles turistas. 

Así como a los moluqueños no se les suele ver mucho de noche por sus costumbres y religión, siendo más de compras y excursiones, a los Surinam se les ve venir de lejos, por su carácter caribeño, sus encuentros callejeros con música, sus fiestas y salidas nocturnas. Por las noches han organizado conciertos y fiestas privadas y tematizadas en diversas discotecas como de la población .

Según fuentes cercanas a nuestra redacción y confirmado por personal de hostelería, “En ocasiones, es difícil la convivencia con otros clientes de los establecimientos debido a los ruidos, voces e incidentes que protagonizan un gran porcentaje de este tipo de clientes, sin causar graves problemas pero si manifiestan ser un poco complicada la mayoría de sus estancias” manifiestan desde un céntrico hotel. Nos comentan también que “Suben 10 en ascensores para 4, provocando algunas averías, o reúnen todos los niños de los grupos en una habitación con niñera para poder salir a realizar actividades entre los nombrados ruidos y música anteriormente”.

Todo y con ello, parece ser que es siempre interesante que vengan a dejar su economía en los locales de la población.

Se mueven en grupos y las reservas de hotel las hacen desde las asociaciones culturales a las que pertenecen o de manera individual o por familias, no tienen agencia de viajes receptora.

La salida de Lloret de los autobuses de Surinam será el próximo miércoles, exactamente en el mismo horario en el que empezarán a llegar los esperados buses belgas que van a pasar su semana de vacaciones. Esto solo puede coincidir cada dos años por las costumbres de cada país. Los belgas vienen a Lloret siempre para la semana que incluye el 1 de noviembre.

Preparados, pues para ver la Riera como nunca, con miles de pasajeros con maletas que llegan y se van al mismo tiempo el mismo día, y a la misma hora, un espectáculo mucho más intenso que el de cualquier día de agosto y bienvenido siempre para dar color y alegria a las calles otoñales de Lloret de Mar.

Informa: Lourdes Prat (Lloret Gaceta)

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