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Bombero de Lloret denuncia desigualdad en oposiciones y alerta de riesgo operativo y la seguridad del contribuyente

  • Ricardo Cantero, bombero del parque de Lloret de Mar, ha alzado la voz sobre lo que considera una situación alarmante e injusta en el acceso al cuerpo de bomberos de la Generalitat de Catalunya.

Ricardo, consciente de lo sensible del tema tanto en el cuerpo como en la sociedad, nos pide aclarar que no tiene nada que ver con ningún movimiento-partido de carácter xenófobo, fascista, machista o similares. Le mueven a denunciar lo que sucede el bien común y la justicia. ”Es mi modo de ver las cosas e intentar mejorarlas”, dice. Y eso, lo impulsa a hablar.

“Siempre he sido de los que dan la cara cuando algo está mal, tanto en este trabajo como en otros ámbitos de la vida. Y si lo sigo haciendo, con mis más de 50 años, es sobre todo por mi hija. Mi motivación es dejarle un futuro un poco más justo, una sociedad más equilibrada, un lugar mejor donde vivir”.

Oposiciones con condiciones diferenciadas por sexo

Según Ricardo, el sistema actual de acceso al cuerpo de bomberos de la Generalitat establece desigualdades desde el inicio del proceso.
“Estoy de acuerdo en que sería muy positivo modificar las pruebas a realizar e incorporar algunas otras que faciliten el acceso al colectivo femenino, ya que este, puede aportar muchísimo potencial al cuerpo, pero NUNCA, hacer diferencias entre baremos y muchísimo menos, reservar plazas. Esta medida, sí o sí, hará que NO entren las mejores personas, las más válidas y competentes. A mi modo de ver, nos aleja de la excelencia y empeora los servicios que prestamos a la comunidad. Creo que, si se quiere potenciar la incorporación de algún colectivo, por ahí tendrían que apuntar las pruebas de selección, para ser más justas, igualitarias, no excluyentes y, sobre todo, poder, así, seguir brindando el mejor servicio a la ciudadanía. De este modo, incorporaríamos al cuerpo los mejores talentos, las mejores personas, las más válidas para el puesto”.

En la última convocatoria, se ofrecieron 300 plazas, de las cuales 120 estaban reservadas para mujeres. Ya en la primera fase, el examen de conocimientos teóricos, se estableció el corte, es decir el número máximo de aspirantes que pasarían a la siguiente fase en 300 mujeres y 450 plazas para el resto de aspirantes. El requisito mínimo era sacar una puntuación de 5. El resultado fue que solo llegaron a ese 5, 246 mujeres. Sin embargo, la nota de corte para los hombres fue de 7,26. (Tan solo había 60 mujeres dentro de esa nota) Es decir, de esa nota 7,26 hasta la nota mínima de las mujeres, 5, quedaron excluidos cientos de opositores, a priori mucho mejor preparados y con mayores conocimientos para el puesto. Estamos descartando a personas mejor preparadas por tener el sexo equivocado, se alarma Ricardo.

Y esto no acaba aquí, nos explica: En la siguiente fase, las pruebas de condición física, además de esta reserva se modifican los baremos de acceso. Se exige menos a unos que a otros. Esto es una barbaridad desde el punto de vista operativo, pues la labor a desempeñar es o debería ser la misma para todos. “Establecer baremos diferentes basándonos en el género es, para mí, absurdo. Porque la tarea que tenemos que hacer es la misma para todos. Y las emergencias no distinguen entre sexos, edades o condiciones”.

Pero no concluye aquí la cosa, pues hay más fases donde se sigue aplicando este criterio de reserva. Sería largo y tedioso de explicar, pero acaban entrando aspirantes con un 0 en determinadas pruebas como la conducción o notas bajísimas en los oficios, quedando excluidos candidatos mucho más válidos.

“No es que dentro de una misma oposición se favorezca a la mujer, como sucede en Bombers de Barcelona o en otras CCAA, que establecen la reserva de plazas para aquellos aspirantes que consigan llegar al final de todo el proceso, sino que se hacen dos oposiciones paralelas. Y eso, para mí, es una insensatez en toda regla que pagará el contribuyente con su seguridad y sus impuestos”.

“¿Estamos evaluando la misma capacidad? No. Esto no es igualdad, es agravio comparativo. Y si estamos seleccionando a personas para salvar vidas, no debería haber privilegios”.

Pruebas físicas: ¿capacidad o cupos?

El punto más crítico, para Cantero, es que no se ejerce una meritocracia, no se escoge a las personas más válidas para el puesto y esto redundará en el servicio prestado a la sociedad.

Cita casos concretos:

  • Se ha dado el caso de una mujer que se ha negado a usar el ERA (Equipo de Respiración Autónoma) por motivos de masa corporal. Alegando criterios de prevención de riesgos laborales y un juez le dio la razón. “Eso no se ha corregido”, afirma.
  • Mochilas forestales: De 4 a 3 mangueras para adaptarse al peso que algunas aspirantes podían cargar. “Pero los incendios no se apagan con normas flexibles”.
  • Herramientas de rescate: En accidentes de tráfico, los bomberos deben usar herramientas hidráulicas de hasta 20 kg para liberar víctimas atrapadas. Algunos formadores expresaron su preocupación por la falta de fuerza de ciertas aspirantes.

La respuesta que recibieron «desde arriba»: “Quizá deberíamos comprar herramientas más pequeñas”. “¿Cómo? ¿Vamos a sacar a un herido con un abrelatas? En vez de 20 minutos, tardaremos 1 hora. Y puede ser la diferencia entre vivir o morir.

Cantero denuncia que se está rebajando el nivel de exigencia en nombre de una supuesta igualdad, cuando en realidad eso puede poner en peligro a compañeros, víctimas y a las propias aspirantes.

“No hablo de discriminar a nadie, ni tengo nada en contra de las mujeres. Al contrario. He trabajado con mujeres que han sido una fuente de inspiración, con un gran aporte humano, sensibilidad, empatía, profesionalidad… Considero que lo femenino tiene muchísimo que aportar al cuerpo. Pero el físico en ciertas situaciones no es optativo. Si no puedes cargar un cuerpo, cargar una mochila de mangueras o romper una puerta, quizá no sea un trabajo para ti”.

Pero este malestar no es solo suyo. “He hablado con formadores, compañeros de otros parques, bomberos de otras comunidades como Valencia o Navarra. La mayoría coincide: no se está priorizando la calidad del servicio, se está priorizando una cuota”. 

La presión social, sin embargo, frena muchas voces. 

“Vivimos una especie de ‘caza de brujas’. El miedo a ser tachado de machista, misógino o retrógrado impide que muchos profesionales hablen. Pero esto no va de ideologías, va de eficacia, de ayudar a la sociedad, de salvar vidas”.

A pesar del silencio institucional ante sus escritos, enviados por registro a responsables como la Consellera de Interior Núria Parlón (PSC), el Inspector en jefe de bomberos David Borrell, varios sindicatos y decenas de medios de comunicación, Cantero no cesa en su empeño. Creo que una sociedad más justa empieza por decir la verdad, aunque incomode”. Una verdadera democracia recogería las diversas opiniones y no censuraría lo que está sucediendo.

Para no cesar en su lucha, y con la ayuda de algunos compañeros, están estudiando abrir un perfil en Instagram para conseguir apoyo y realizar una manifestación. Es difícil porque la presión social es mucha y aunque hay muchos compañeros que piensan lo mismo, cuesta dar la cara. Nadie quiere ser señalado.

Ricardo envió su carta al popular Coronel Pedro Baños quien la difundió en su canal de noticias, y a través del cual se pudo comprobar que muchas personas están de acuerdo con él, tanto grupos masculinos como femeninos.

“Esto no va de ideologías, ni de tendencias, va de salvar vidas”. El bombero insiste en que no busca generar polémica ni confrontación, sino abrir una conversación honesta y urgente.

“No me gusta hablar de géneros. Prefiero hablar de personas, nos dice. A mí me da igual quién entre en el cuerpo, como si fuera un alienígena hermafrodita, siempre que sea el mejor aspirante posible, el más preparado”.

Cantero concluye que seguirá denunciando esta situación por su hija, por sus compañeros y por la sociedad. “Quizá no podemos cambiar el mundo entero, pero al menos hagamos lo que está en nuestras manos. 

Mi filosofía es: Piensa en global y actúa en local. Si no lo hacemos, nosotros también somos cómplices del deterioro.” Mientras tanto, la pregunta permanece en el aire:

¿Conocen realmente los ciudadanos en qué condiciones se seleccionan hoy a quienes tendrán la responsabilidad de acudir a sus emergencias mañana?

20 Comentaris

  1. Las verdades duelen y esto es una gran verdad. A los bomberos, la policia local, Mossos u otros trabajos, deben entrar los mas preparados física y academicamente.
    En el momento en el que vulneras ese límite para favorecer un colectivo, estas poniendo en riesgo vidas humanas.
    Lo explicas bien claro, las mujeres son necesarias en muchos trabajos, pero si no puedes cargar un equipo de 30 kilos en medio de un bosque, bomberos no es el tuyo, si no puedes reducir a una persona violenta que ha atacado a otra, la Policia no es tu trabajo.
    Pero estamos en una sociedad progre guay, asi que el dia de mañana, toca asumir las consecuencias y los peligros que nos han llevado a este punto.

    1. Gracias por el apoyo Punisher. La verdad es que parece que esta sociedad occidental, tan avanzada tecnológicamente, ha perdido el contacto con las leyes de la Naturaleza.
      Creo que sobran teorías y pajas mentales varias y falta humildad y observación de la biología.

      Un saludo,

  2. Lamentablemente para cuando nos demos cuenta será tarde. El mérito y no el cupo,es lo qué hizo que el sociedad occidental progrese. Y hoy se está yendo todo al carajo. Entre la igualdad el enchufe y demás triquiñuelas estamos cada vez peor, hombres,mujeres,y demás especímenes. Todos jodidos

    1. Gracias por el comentario Longboard,
      Lo cierto es que es triste ver cómo una panda de mafiosos (políticos) llevan las riendas de millones de ciudadanos y casi nadie haga nada. Estamos demasiado divididos, dormidos y frustrados para reaccionar!!

      Veremos cuánto aguanta la ciudadanía!

  3. Estamos bien apañados, pagando impuestos para que después vengan unas bomberas que no puedan ni con el equipo. El chiste se cuenta solo.

    1. Gracias por comentar Alberto.
      No debería entrar nadie que no pudiera con el equipo, ni bombero ni bombera. Sin olvidar que lo femenino puede aportar mucho al cuerpo; es de inútiles hacer éste tipo de oposición y encima no corregir nada!
      Los que mandan se cubren de gloria.

  4. Es tan obvia la verdad que contiene la argumentación de Ricard que se cae de las manos a la primera lectura. Lástima que es también tan cercano a ciertas actitudes sexistas que muchos lo aprovecharan para hacer pasar el Pisuerga por Badalona. Admiro el coraje de este bombero que no ceja en su labor de poner el dedo social en la llaga del sexismo mal interpretado. Si tuviéramos más gente como el, otro gallo nos cantara. Gracias por tu ejemplo y suerte en tu empeño.

  5. Es importante escuchar a quienes forman parte del servicio público y se preocupan por mejorar el sistema sin perder de vista la equidad ni la calidad. Tu reflexión plantea una preocupación legítima: cómo avanzar hacia una mayor inclusión sin renunciar a la excelencia.

    Coincido contigo en que las pruebas de acceso deberían evaluar de forma rigurosa y justa todas las competencias necesarias para el puesto, sin favorecer ni excluir a nadie por razón de sexo. Lo importante es que quienes accedan estén plenamente capacitados para desempeñar un trabajo tan exigente y valioso como el de bombero.

    No se trata de reservar plazas, sino de garantizar que el proceso sea exigente, equitativo y transparente. Sólo así reforzaremos el servicio público con los perfiles más preparados, comprometidos y capaces

  6. Si hay mujeres que cumplen con las mismas pruebas que los hombres, adelante. Si no, no. Me parece insultante que se confunda discriminación positiva con justicia. Esto no va de cuotas, va de salvar vidas. Y ahí no hay género que valga, solo capacidad.

  7. Estoy de acuerdo con que se potencie la presencia femenina en el cuerpo. Pero no con que se reserven plazas o se apliquen baremos distintos. La excelencia no debería sacrificarse en nombre de una buena intención. Si hay que revisar las pruebas para que valoren más aspectos, perfecto. Pero que todos y todas entren por méritos demostrados. No por cuotas.

  8. pasado media vida en un kiosco, viendo pasar a la gente, escuchando lo que se dice en voz alta y lo que no se dice. Y si algo tengo claro es que las cosas hay que ganárselas.

    Me parece estupendo que entren mujeres en los bomberos. Pero eso de reservar plazas solo por ser mujer… no lo veo. Si alguien vale, que entre. Y si no, pues no. Pero que no entren por atajo, porque luego, cuando toca actuar, no hay margen para favores.

    Si las pruebas no sirven, que se cambien. Pero para todos. Lo importante es que quien esté ahí, lo esté porque puede con lo que viene. Que cuando hay fuego, lo único que importa es saber responder.

  9. Gracias por comentar Carmen,
    esperemos que entre todos seamos conscientes de lo que sucede y a ver si los mandatarios y autoridades de turno se enteran de la opinión pública que tanto intentan ocultar.
    Un abrazo,

  10. Me parece increíble a las alturas que ha llegado la sociedad. Se habla constantemente de igualdad, pero lo que estamos viendo no es igualdad real, es discriminación encubierta. Y lo digo como mujer: no somos iguales físicamente que los hombres, y eso es una realidad biológica que no debería ignorarse cuando está en juego algo tan serio como salvar vidas. Y repito, lo digo yo, que soy mujer. A estas alturas me queda muy claro que un hombre tiene una facilidad física natural para cargar 40 kilos que una mujer no tiene. Nosotras tenemos que trabajarlo mucho más. ¿Eso significa que no podemos? No. Pero sí significa que no se nos puede tratar de manera distinta si realmente se quiere igualdad.
    Es vergonzoso que se reserven plazas a mujeres en unas oposiciones donde lo que está en juego es la vida de personas. Y esto no solo pasa en el cuerpo de bomberos. Todos sabemos que se están bajando los niveles de exigencia en oposiciones de distintos cuerpos del Estado, pero nadie se atreve a decirlo en voz alta por miedo a ser señalado, tachado de machista o retrógrado.
    Yo misma, en una situación de emergencia, si hoy me vienen dos mujeres a socorrerme, me siento de todo menos segura. Y no porque no crea que una mujer pueda hacer el trabajo, sino porque hoy en día muchas están entrando no por mérito propio, sino porque les han rebajado las pruebas o reservado una plaza. Eso, sinceramente, no genera confianza.
    Queremos igualdad, ¿verdad? Pues que se trabaje exactamente igual que cualquier persona. Porque no puede ser que luego, cuando ya están dentro, digamos que no se puede usar cierto equipo porque pesa demasiado, que no se pueden llevar las mismas mochilas o herramientas porque algunas aspirantes no lo soportan, o que no se puede trabajar de noche o se tienen más permisos por asuntos familiares. Todo eso es una realidad que muchas no queremos aceptar porque nos incomoda. Pero es verdad.
    Es hipócrita defender una supuesta igualdad mientras se nos da un trato diferenciado en todo: pruebas físicas, notas de corte, plazas reservadas. Luego decimos que si tenemos hijos, que si no podemos trabajar de noche, que si tenemos reglas, que si esto o lo otro. Cosas que, lo siento, los hombres no plantean ni se les permite alegar. Y no se trata de ofender a nadie, ni de menospreciar el valor de las mujeres en una profesión tan exigente. Hay mujeres muy válidas, fuertes y profesionales, pero si realmente queremos igualdad, no se puede imponer por decreto ni a costa de la seguridad de todos.
    Y si alguien se siente incómodo con esto, lo siento, pero la realidad no se puede disfrazar para que sea más cómoda de escuchar. Hay muchas personas que piensan como yo, pero no lo dicen por miedo a ser juzgadas. Y así no avanzamos como sociedad. Igualdad sí, pero con las mismas condiciones, sin trampas, sin privilegios. Solo así llegaremos a un sistema justo, equilibrado y verdaderamente eficaz.

  11. Me parece increíble a las alturas que ha llegado la sociedad. Se habla constantemente de igualdad, pero lo que estamos viendo no es igualdad real, es discriminación encubierta. Y lo digo como mujer: no somos iguales físicamente que los hombres, y eso es una realidad biológica que no debería ignorarse cuando está en juego algo tan serio como salvar vidas. Y repito, lo digo yo, que soy mujer. A estas alturas me queda muy claro que un hombre tiene una facilidad física natural para cargar 40 kilos que una mujer no tiene. Nosotras tenemos que trabajarlo mucho más. ¿Eso significa que no podemos? No. Pero sí significa que no se nos puede tratar de manera distinta si realmente se quiere igualdad.

    Es vergonzoso que se reserven plazas a mujeres en unas oposiciones donde lo que está en juego es la vida de personas. Y esto no solo pasa en el cuerpo de bomberos. Todos sabemos que se están bajando los niveles de exigencia en oposiciones de distintos cuerpos del Estado, pero nadie se atreve a decirlo en voz alta por miedo a ser señalado, tachado de machista o retrógrado.

    Yo misma, en una situación de emergencia, si hoy me vienen dos mujeres a socorrerme, me siento de todo menos segura. Y no porque no crea que una mujer pueda hacer el trabajo, sino porque hoy en día muchas están entrando no por mérito propio, sino porque les han rebajado las pruebas o reservado una plaza. Eso, sinceramente, no genera confianza.

    Queremos igualdad, ¿verdad? Pues que se trabaje exactamente igual que cualquier persona. Porque no puede ser que luego, cuando ya están dentro, digamos que no se puede usar cierto equipo porque pesa demasiado, que no se pueden llevar las mismas mochilas o herramientas porque algunas aspirantes no lo soportan, etc. Todo eso es una realidad que muchas no queremos aceptar porque nos incomoda. Pero es verdad.

    Es hipócrita defender una supuesta igualdad mientras se nos da un trato diferenciado en todo: pruebas físicas, notas de corte, plazas reservadas. Y no se trata de ofender a nadie, ni de menospreciar el valor de las mujeres en una profesión tan exigente. Hay mujeres muy válidas, fuertes y profesionales, pero si realmente queremos igualdad, no se puede imponer por decreto ni a costa de la seguridad de todos.

    Y si alguien se siente incómodo con esto, lo siento, pero la realidad no se puede disfrazar para que sea más cómoda de escuchar. Hay muchas personas que piensan como yo, pero no lo dicen por miedo a ser juzgadas. Y así no avanzamos como sociedad. Igualdad sí, pero con las mismas condiciones, sin trampas, sin privilegios. Solo así llegaremos a un sistema justo, equilibrado y verdaderamente eficaz.

  12. De 300 plazas de bomberos, 120 para mujeres??? El fanatismo feminista no tiene sentido. El mundo al revés.

    Pero las mujeres tambien tienen culpa que callan y se aprovechan de esta situación.

  13. Estoy tan indignada… cuando se habla de cuotas yo siempre pongo este mismo ejemplo bomberos y policías y aún así me encuentro con tanta gente con el cerebro lavado, que no razona… soy mujer y toda mi solidaridad con Ricardo. Yo quiero que me rescaten las personas más preparadas para eso y en un cuerpo de bomberos cae de cajón que será una mayoría aplastante de hombres. Y abro otro melón: yo me pongo en el lugar de un bombero o de un policía y si tuviera que salir a un operativo con una compañera como yo, me sentiría en peligro, porque aún estando en forma tengo 160 cm y 50kg de peso, no puedo cargar con un peso muerto. A ver si entre todos acabamos con estas cuotas absurdas, injustas y temerarias.

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