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Miguel Molina y su equipo protagonizan una remontada épica tras escalar 34 posiciones en las 24H de Spa

Desde el fondo de la parrilla hasta rozar el podio: así fue la increíble actuación del piloto oficial de Ferrari en una de las citas más exigentes del motorsport. Miguel Molina y sus compañeros de equipo recuperaron 34 posiciones en una carrera marcada por los contratiempos, el esfuerzo y la constancia.

De Le Mans a Spa… sin descanso

Tras su participación en las 24 Horas de Le Mans, Molina apenas tuvo tiempo para respirar antes de lanzarse a otro desafío mayúsculo: las míticas 24 Horas de Spa. El piloto de Lloret se subió al Ferrari 296 GT3 número 71 del equipo AF Corse en la categoría Pro-Am, acompañado por los argentinos Luis y Matías Pérez Companc y el belga Stéphane Lémeret, todo un veterano que sumaba ya su 24ª participación en esta prueba.

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“No estaba en el calendario, fue una decisión de última hora, pero me alegré de ir. Spa es muy especial y compartir el volante con la familia Pérez Companc y con Stéphane fue un lujo”, comentó Miguel Molina antes de la salida.

Una clasificación cuesta arriba

El equipo llegó con buenas sensaciones: mejor tiempo de la categoría en libres. Sin embargo, todo se complicó en la sesión de clasificación. Un problema técnico impidió a Molina salir a pista y, al computar la media de vueltas entre todos los pilotos, el Ferrari #71 quedó relegado al puesto 72 de 75 en parrilla.

“Parecía imposible remontar, pero desde tan atrás solo podíamos ir hacia delante”, explicó el piloto catalán. Con la moral alta y la estrategia clara, arrancaron con el objetivo de avanzar paso a paso.

Golpes, sustos y una remontada imparable

Desde el primer stint, al volante de Luis Pérez Companc, la carrera fue una montaña rusa. El argentino tuvo que esquivar un choque múltiple en la chicane de Bus Stop, mientras el equipo empezaba a ganar posiciones en un pelotón muy agresivo. Miguel Molina tomó el relevo al anochecer y empezó su particular festival: ritmo alto, adelantamientos constantes y confianza total.

Pero la suerte no estaba de su lado. A las siete horas y media, una colisión en La Source obligó a entrar a boxes con daños. Perdieron 12 minutos en reparaciones. Y cuando regresaron, otro coche los empujó a la grava. A pesar de los reveses, el equipo no se rindió.

Ni tres pinchazos, incluido uno en la última hora, pudieron frenarles. A base de constancia y esfuerzo, el cuarteto cruzó la meta en la cuarta posición de Pro-Am, después de una impresionante escalada de 34 puestos en la general y a tan solo cinco vueltas del ganador.

Un fin de semana para recordar

“El Ferrari 296 GT3 fue genial durante toda la carrera, el ritmo era muy sólido. Sufrimos un percance al inicio, pero lo superamos y al final volamos. Ha sido una gran experiencia en un equipo muy familiar, y eso lo he valorado muchísimo”, destacó Miguel Molina tras la bandera a cuadros.

Ahora, el piloto español ya piensa en su próximo objetivo: las 4 Horas de Imola, dentro del campeonato European Le Mans Series. Allí volverá a competir con Andrew Gilbert y Fran Rueda en el Ferrari 296 LMGT3 de Kessel Racing, con la ambición intacta.

“Estoy deseando volver con Andrew y Fran. Este campeonato me encanta: es exigente, pero te permite crecer como piloto y como equipo. Imola será un reto, pero vamos con todo para luchar por lo que merecemos”, concluye con energía.

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