El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico financiará íntegramente los 287 millones de euros destinados a construir una nueva planta desaladora junto a la actual de La Tordera en Blanes, de la que triplicará su capacidad.
La delegada del Govern en esta provincia, Laia Cañigueral, ha realizado el anuncio acompañada del director del Ente de Suministro de Agua Ter-Llobregat (ATL), David Vila.
“Hemos negociado que (la nueva instalación) entre en el plan estatal contra la sequía”, ha destacado Cañigueral, mientras que Vila ha detallado que la primera gota de agua de esta infraestructura se obtendría en enero de 2028 “si se cumplen todos los calendarios”.
El proyecto, según este responsable de ATL, está redactado, ha pasado a exposición pública, cuenta con la declaración de impacto ambiental y, ahora, será el ministerio el que licite las obras.
“En seis meses o un año podríamos tener la adjudicación, el primer año sería para redactar el proyecto constructivo y dos años de obra”, ha precisado, para añadir que la planta estaría a pleno rendimiento en 2030.
David Vila ha insistido en que no se trata de una ampliación de la instalación actual, que cuenta con una capacidad de 20 hectómetros cúbicos, y que la nueva triplicará, alcanzando los 60.
La red de distribución será la misma, por lo que el agua irá a la planta potabilizadora de Cardedeu (Barcelona), al área norte de la comarcal del Maresme (Barcelona) y a las poblaciones de Blanes, Lloret de Mar y Tossa de Mar.
La planta actual trabaja, por primera vez desde su inauguración en 2002, al 100 % de su capacidad y permitirá cumplir a partir del 1 de enero de 2024 con el compromiso de la Mesa del Ter para reducir de 135 hectómetros cúbicos a 90 la transferencia de caudal del río Ter a la provincia de Barcelona.
En el futuro, la nueva infraestructura, según ha explicado David Vila, contribuirá también a esta reducción, aunque “no son infraestructuras inmediatas, pero preparan, no para esta sequía, sino para la próxima”.
Laia Cañigueral ha reiterado la “necesidad” de contar con este tipo de instalaciones en el contexto de climático actual.
La aportación de la actual desaladora de La Tordera y la de El Prat ha evitado que el sistema de suministro Ter-Llobregat haya entrado en escenario de alerta por sequía seis meses antes de lo previsto.
