La Fiscalía pide ocho años de prisión para los Turró en un caso relacionado con Bank of America y activos turísticos de la Costa Brava

La Fiscalía Provincial de Barcelona solicita ocho años de prisión para Lluís Turró y su hija Maria Turró, integrantes de una conocida saga hotelera catalana, por presuntos delitos de alzamiento de bienes e insolvencia punible. El caso, impulsado por el fondo de inversión Burlington, asociado al gigante financiero Bank of America, afecta a varios activos turísticos de la costa, incluidos hoteles emblemáticos de Lloret de Mar.
Un conflicto con impacto local
El juicio, que comenzó la semana pasada, pone en el centro de la polémica las operaciones de Burlington en la Costa Brava. Este fondo, respaldado por el segundo banco más grande de Estados Unidos, adquirió en 2015 activos hoteleros en Cataluña, entre ellos la deuda del Gran Hotel Monterrey (actual Meliá) y el Hotel Don Juan de Lloret de Mar. Ambos establecimientos son referencias clave en la oferta turística de la localidad.
El Gran Hotel Monterrey, antaño gestionado por la familia Guitart, ha reabierto recientemente como Meliá Lloret tras su adquisición. Por su parte, el Hotel Don Juan, uno de los mayores de Cataluña con cerca de 1.000 habitaciones, se encuentra actualmente gestionado por Fergus Hotels, que también lidera el turismo asequible en la zona.
Las acusaciones contra los Turró
El conflicto judicial tiene su origen en la deuda vinculada al Hotel Mercury, un cuatro estrellas ubicado en Santa Susanna. Según la Fiscalía, los Turró habrían llevado a cabo maniobras financieras para evitar el pago de esta deuda tras su adquisición por Burlington. Estas incluirían la venta de una sociedad gestora familiar a Maria Turró, que posteriormente habría realquilado el hotel a un precio muy por debajo del mercado, presuntamente para dificultar el cobro de la deuda por parte del fondo inversor.
“Si el alquiler del Mercury valía 700.000 euros al año, los Turró se lo realquilaron a sí mismos por 76.000 euros”, detallan fuentes del sector. La Fiscalía sostiene que esta estrategia buscaba descapitalizar la sociedad y forzar una quita de la deuda.
Turismo y controversia
Además de las acusaciones judiciales, la gestión de los Turró ha sido objeto de críticas en los últimos años. En 2019, su sociedad entró en concurso de acreedores por el impulso de Burlington, y en 2022 Endesa les cortó el suministro eléctrico por presunto fraude, dejando a 500 huéspedes sin luz.
Este caso refleja un choque entre la tradición hotelera catalana y los grandes inversores internacionales, que han irrumpido con fuerza en el mercado turístico de la Costa Brava. En Lloret de Mar, donde el turismo es un pilar económico, las consecuencias de este tipo de conflictos son seguidas con atención tanto por empresarios como por residentes.
Un juicio clave para el sector
El desenlace de este proceso no solo determinará el futuro judicial de los Turró, sino que también podría sentar precedentes sobre la gestión de activos turísticos en Cataluña y el papel de los fondos internacionales en la región.
Lloret de Mar, epicentro de la Costa Brava, sigue siendo un punto estratégico en el turismo catalán, y casos como este destacan la creciente tensión entre modelos tradicionales y nuevas formas de inversión en el sector.