El caso que se vivió en un establecimiento hotelero de Lloret de Mar el pasado martes 18 de abril, es, sin duda, una de las noticias más inverosímiles y rocambolescas que hemos recibido en redacción. Una historia de deuda, impotencia, nervios, 500 israelís a un lado, una empresa de Lloret al otro y un libro sagrado en medio de la situación.
Para ponernos en situación nos ubicamos en el Hotel Oasis Park en Fenals (Lloret de Mar) donde el establecimiento permanece arrendado en su totalidad a un grupo de más de 500 turistas de Israel durante dos semanas. Este grupo viaja a la población durante estas fechas hace más de 10 años alquilando siempre un hotel íntegro para ellos, inclusive la cocina, aportando ellos la dieta y los alimentos.
Precisamente con los alimentos, es cuando entra en juego la mayor perjudicada de esta historia: la conocida empresa de Lloret, Frutas Santiago, encargada de la venta de la fruta y verdura a este grupo de Israel.
La primera semana de la estancia de los turistas, la empresa proveyó alimentos con un valor de cerca de 20.000€, facturando sin problema. El dilema empezó con el cobro de la segunda entrega de género, que ascendía cerca de 17.000€, cuando los clientes no garantizaban el pago al empresario que se presentó al lugar para cobrar. Los nervios se palpaban en el ambiente, y la reticencia se apoderaba de la situación. Fue entonces cuando los Mossos d’Esquadra se presentaron en el hotel con el fin de mediar entre el organizador y la sociedad.
En un momento de tensión y desesperación, el empresario vio en el lugar de la discusión: la Torá (libro sagrado del judaísmo que contiene los primeros cinco libros del Antiguo Testamento y es el texto más antiguo de esta religión) que cogió consigo y abandonó el lugar, alegando que la llevaba (Torá) como garantía de la gran deuda, se montó en su vehículo y marchó.
Minutos más tarde, los agentes contactan con el empresario alertándole que su acción se trataba de un delito penal por apropiación indebida y que devolviera la Torá para no salir perjudicado de la situación ya que él era la víctima, y esto haría dar la vuelta a la situación. Es entonces cuando vuelve al lugar y retorna el preciado objeto.
Lamentablemente los policías le informan que no se puede hacer nada al respecto, sólo denunciar y ponerlo en manos de un abogado siendo este impago un delito civil.
La Gaceta opina…
Lo curioso del caso es que te pueden “robar” 17.000€ en fruta y será un delito civil y “robar” la Torá, será delito penal. Sea como sea, las leyes son las que son y deseamos a esta familia trabajadora un afortunado y próspero final para esta injusta y rocambolesca historia.
