Cartas al Director | “No podemos más”: la precariedad obliga a los socorristas de Lloret a suspender baños asistidos y reclamar dignidad y recursos

Hoy, en la sección de Cartas al Director, destacamos una reflexión que nos han hecho llegar sobre la calidad y las condiciones del servicio de baños asistidos para personas con discapacidad en las playas de Lloret de Mar. La misiva, enviada por la sección sindical de socorristas, denuncia la falta de recursos y personal especializado, así como la ausencia de respuestas por parte de las administraciones y la empresa concesionaria. Una voz que invita a abrir el debate sobre la dignidad, la inclusión y la seguridad en los servicios públicos:
Carta al Director:

Me llamo Leandro Abbruzzese (delegado de la sección sindical), me dirijo a ustedes representando la sección sindical de socorristas de Lloret de Mar motivado por una reciente publicación en este medio en la que una persona usuaria del servicio de baño asistido expresó su descontento con la atención recibida. Ante todo, quiero agradecer y valorar que se visibilicen estas situaciones, ya que considero imprescindible abrir este debate y poner sobre la mesa las condiciones en las que se presta dicho servicio.
Es importante aclarar que los socorristas no tenemos asignada oficialmente la tarea de realizar baños asistidos a personas con discapacidad. Aun así, desde hace años asumimos esta labor de forma voluntaria, solidaria y puramente humanitaria, por empatía y compromiso social.
Lo hacemos porque comprendemos la importancia de este derecho y la dignidad que representa para quienes lo necesitan. Sin embargo, esta entrega personal no puede ni debe ocultar las deficiencias estructurales del sistema.
Desde hace más de tres años venimos solicitando reuniones con los responsables del Ayuntamiento y de la empresa concesionaria del servicio de socorrismo, con el fin de plantear la necesidad urgente de incorporar personal capacitado específicamente para esta función. La última petición formal fue enviada hace apenas un mes, a través de nuestra sección sindical, y lamentablemente fue rechazada. A la empresa, por su parte, se le han presentado propuestas concretas durante varias temporadas: contratación de personal especializado, instalación de duchas adaptadas, extensión de pasarelas accesibles hasta el agua, entre otras mejoras fundamentales.
Todas ellas han sido sistemáticamente ignoradas.
La realidad es que continuamos ofreciendo este servicio en condiciones absolutamente precarias, sin la formación técnica necesaria, con medios insuficientes y, además, mientras cumplimos simultáneamente nuestras funciones como socorristas. Esto ha derivado en una sobrecarga laboral significativa. Varios compañeros y compañeras han sufrido lesiones a causa del esfuerzo físico mal ejecutado, y aun así seguimos adelante, simplemente porque no podíamos mirar hacia otro lado.
No obstante, la consecuencia más injusta de esta situación es que las críticas —como la recientemente publicada— recaen sobre quienes menos responsabilidad tenemos. Somos la cara visible del operativo en la playa, pero no los responsables del diseño, la gestión ni la ejecución del servicio de baño asistido. Esta responsabilidad recae, indiscutiblemente, en el Ayuntamiento como garante del servicio público, y en la empresa adjudicataria, que no ha proporcionado ni el personal adecuado ni los medios necesarios para ofrecer una atención de calidad y segura para todos.
Por todo ello, tras años de silencio institucional, falta de diálogo y desatención a nuestras propuestas, hemos decidido no continuar realizando baños asistidos a partir de la próxima temporada.
Lo hacemos con tristeza, pero con la convicción de que solo así las administraciones y empresas implicadas asumirán su responsabilidad y pondrán en marcha un servicio digno, profesional y adaptado, como las personas con discapacidad merecen.
Quiero puntualizar que esta decisión no constituye un acto de protesta ni una negativa al trabajo, sino un llamado urgente a la dignidad, la inclusión y la seguridad. Confío en que este paso propicie, al fin, los cambios estructurales que tanto hemos reclamado y que aún siguen sin llegar.