Sor Lucía Caram organiza unas vacaciones especiales para 252 jóvenes ucranianos en Lloret de Mar

Sor Lucía Caram es muy popular en España además de por su trabajo solidario, por su fuerte actividad en las redes sociales: X (Twitter), Instagram y Tik Tok, y también en los medios masivos de comunicación, participaba en radio y fue cocinera en la televisión. Sor Lucía Caram ha organizado unas vacaciones especiales para 252 niños ucranianos afectados por la guerra. Estos niños, muchos de los cuales han perdido a sus padres y sus hogares, serán recibidos en Lloret de Mar a partir de ayer, martes 4 de junio, para disfrutar de un descanso lejos del conflicto.

Esta religiosa ha destacado la importancia de devolver la sonrisa a estos niños, que han vivido momentos muy difíciles debido a la guerra. Para financiar este proyecto, la fundación ha lanzado una campaña de recaudación de fondos y está solicitando la colaboración de la comunidad para cubrir los costos de estas vacaciones, ofreciendo a los pequeños un respiro en medio de tanta adversidad. Lloret Gaceta ha podido hablar con ella para conocer más detalles:

-¿De dónde surge su profunda implicación con Ucrania, y más concretamente con los niños?

Surge cuando comenzamos a acoger refugiados de Ucrania en 2014, poco a poco el número de acogidos fue creciendo; en un inicio eran mujeres y niños. Acogemos necesitados desde el corredor humanitario y pedimos permisos para traerlos a España.

-¿Cómo ha conseguido llevar a cabo este proyecto?

Teníamos desde primer momento el apoyo de la guardia de fronteras y de la la ministra de defensa que nos facilitará el traslado de los niños. Con la ayuda del presidente de la Fira de Barcelona, Pau Relat, el presidente de la Cámara de BCN, Josep Santacreu, Cristina Cabañas de la Fundación Climent Guitart, Joan Amat de Fidem i Meritxell Ripoll de la Asociación de voluntarios de Caixabank, con la fundación del convento de Santa Clara, nos juntamos para llevar a cabo el proyecto. También se unieron personas de la granja escuela de Palautordera y la fundación Rosa dels Vents.

-¿Cómo surgió el poder traerlos a la cadena Guitart de Lloret?

Fue un tema complicado el de poder encontrar un lugar donde alojar a tanta gente, pero inmediatamente, Cristina Cabañas, gran conocida mía, se ofreció para alojarlos en el Hotel Guitart Central Park de Lloret.

-¿Qué se les ofrecerá a los 252 niños de Ucrania en estas vacaciones?

Tendrán una agenda bastante completa de actividades desde el primer día que unos autobuses les recogen de Kiev, los llevan al avión y llegarán al aeropuerto de Girona. El primer día en Lloret será de descanso, después irán a Port Aventura, El museo del Barça, Visita la Sagrada Familia, Montjuic, Excursión a Montserrat, otro día a la granja de Santa Maria de Palautordera con animales etc, etc. Cada día tienen actividades diferentes. El último día tendrán una gran fiesta de despedida y regreso a su país.

-¿Con qué criterio se han elegido a los niños para que puedan venir a Lloret?

Son niños que tienen entre 12 y 16 años que han perdido a sus padres y están en un centro de acogida habilitado por la guardia de fronteras.

-¿Se van a necesitar voluntarios para acompañarlos o cómo lo tenéis preparado?

Ya tenemos un equipo de voluntarios fijos y de traductores de Lloret de Mar.

-¿Usted siempre tiene diferentes acciones solidarias entre manos, cuál será la siguiente?

Ahora vamos a Ucrania con ayuda humanitaria en una pick-up con generadores de electricidad y material sanitario.

-¿Cómo la pueden ayudar en sus acciones?

Con ayudas económicas vía BIZUM al 05122 o en el número de cuenta del convento de Santa Clara
a través de su web.

PREMI CLIMENT GUITART

Recientemente, Sor Lucía Caram, directora de la Fundación del Convento de Santa Clara (Bagés). recibió el premio a la solidaridad de la Fundació Climent Guitart.

«Desde el inicio de la guerra en Ucrania, se ha comprometido en la ayuda a la población, a consolidar corredores humanitarios y, actualmente, en la puesta en marcha de un segundo hospital de campaña para las zonas próximas al conflicto».

Fundació Climent Guitart