Puntos fijos en un mundo en movimiento: El Punto Geodésico del Castell de Sant Joan de Lloret de Mar
Un fin de semana, paseando con la familia por el camino de ronda y subiendo al torreón del castell de Sant Joan, descubrí un punto geodésico, algo más que una chapa con unas coordenadas en el suelo. Os cuento:
Este punto geodésico, al igual que muchos otros dispersos por el mundo, es un pilar en la infraestructura de nuestra sociedad moderna. La precisión de las coordenadas que proporcionan es fundamental para la cartografía actual, permitiéndonos tener mapas detallados y exactos.
Punto Geodésico colocado en el punto más alto de la Torre del Castell de Sant Joan de Lloret
Esta exactitud es vital no solo para los viajeros y la navegación cotidiana, sino también para la planificación y ejecución de proyectos de infraestructura críticos como la construcción de carreteras, puentes y sistemas de drenaje. En un área tan dinámica y con una topografía tan variada como Lloret de Mar, contar con datos precisos puede marcar la diferencia en el éxito de estos proyectos, asegurando que se realicen de manera eficiente y sostenible.
Además, estos puntos geodésicos son indispensables en la navegación satelital. Con el uso extendido de sistemas GPS en dispositivos móviles, vehículos y equipos especializados, la exactitud que ofrecen estos vértices geodésicos se convierte en un recurso insustituible para la orientación y el desplazamiento diario, así como para las operaciones de rescate y emergencia.
Pero quizás una de sus aplicaciones más críticas es en la monitorización de los movimientos de la corteza terrestre. Lloret de Mar, al igual que muchas otras áreas costeras, está expuesto a fenómenos naturales que pueden alterar su geografía. Los puntos geodésicos permiten a los científicos rastrear estos cambios con una precisión milimétrica, lo cual es esencial para la prevención de riesgos naturales, la planificación de medidas de mitigación y la gestión de desastres. La capacidad para prever y responder a eventos como deslizamientos de tierra, erosión costera, o incluso terremotos, se ve significativamente reforzada por la información proporcionada por estos puntos.
“En resumen, ese aparentemente insignificante punto en el Castell de Sant Joan es en realidad una herramienta indispensable en la planificación y gestión de nuestro entorno. Nos permite enfrentar con confianza los desafíos de la ingeniería moderna, la seguridad pública y la sostenibilidad ambiental. Los mapas son cada vez más precisos e inteligentes, y los puntos geodésicos son una parte importante en esa evolución”.
Bernabé Hinojosa