Enver vecino de Lloret, abre las puertas de su hogar a los más necesitados

Enver Saljihi Ivanis más conocido como Valentino, nacido en Soria, y de origen croata, llegó a Lloret con tan solo 8 años, después de una larga andanza, que emprendió su madre después del fallecimiento de su marido y padre de Enver, en un accidente de tráfico cuando tan sólo tenía 5 años. Momento que marcó de por vida al joven Enver y ayudará a entender al lector más sobre esta nota, por la falta de la figura paternal durante casi toda una vida. 

Nos situamos en 2021, Enver, humilde, familiar, trabajador y dedicado a su empresa: Autos Costa Brava, destinada a la venta de automóviles, casado y con un hijo de 2 años, y una clara debilidad: la tristeza al ver que la indigencia exista en pleno siglo XXI. Ayudando económicamente por poco que sea, siempre que ha podido viendo a gente desamparada. 
Hasta que una noche fría de este otoño, dio un gran paso con su solidaridad, abriendo las puertas de su hogar a un indigente por primera vez, sin límite de fecha, aunque la experiencia tuvo un sabor agridulce.

Esa noche Ender con su mujer y su hijo se dirigían hacia su domicilio, cuando vieron detrás de la gasolinera Cepsa de Lloret de Mar, en unos bancos de madera, a una persona durmiendo entre mantas; Antonio un septuagenario de apariencia tranquila y simpática, tuvo una buena oportunidad de vivir más cómodo durante una etapa transitoria de su vida, cuando Ender le invitó a su hogar para vivir bajo un techo.

Antonio agradeció esa invitación y no dudó en coger la mano que la familia Saljihi le había dado, tratándolo desde el principio como uno más del clan, con su cama, alimentación e higiene, llegándole a ayudar también económicamente para gastos varios e incluso ofrecer un posible trabajo en su empresa automovilística si la convivencia iba sobre ruedas, y valga la redundancia. Pero tristemente una sola palabra hizo que se desvaneciera ese camino de rosas que se plantó en la vida de Antonio, el alcohol. Ese líquido, que en abundancia y sin control destroza vidas. Y lo que no quería la solidaria familia era convivir con una persona con problemas de alcoholismo y los problemas que conlleva. Dándole incluso la oportunidad de asistir a centros especializados, y curar así su adicción, pero la negación de Antonio era su mejor aliada. 

Oportunidad tras oportunidad, llegó el día que la gota colmó el vaso de la familia, cuando la mujer de Ender le dio 50€ a Antonio para ir a la peluquería y comprarse ropa, llegando a casa sin ropa y bastante perjudicado por la bebida. Tras la impotencia de los generosos “embajadores”  y ultimátum tras ultimátum, decidieron explicar a Antonio que lamentándolo mucho le tenían que cerrar las puertas de su hogar. 

Quizás esta historia podría nunca haber acabado, y haberse convertido Antonio en un miembro más de la familia como en un inicio se pretendía, pero el alcohol como en la vida misma destruye familias. 

La reflexión que hace la familia Saljihi, vecina de Lloret, es que esta silenciosa enfermedad necesita de ayuda por parte de la administración y pide urgente que ayuden a Antonio y los numerosos casos de indigencia que hay en la población y tristemente habrá, ya que para una familia de a pie se hace imposible luchar contra estas situaciones. Siendo Antonio una víctima del sistema que en su día vio en el alcohol un refugio a sus problemas, pero no por ello necesita quedar en el olvido del departamento correspondiente del ayuntamiento municipal. 

Destaca Enver que “Esta experiencia no hará cerrarme a abrir las puertas de mi hogar y ayudar nuevamente, con una cama, comida, trabajo y el calor de mi familia, pero no serán bienvenidas las personas con problemas de alcoholismo y drogadicción”.

•Si conocéis a alguien que necesite ayuda podéis contactar con Enver en el teléfono 607282114 o el mail Compraventa21e@gmail.com