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Dia trist a Lloret de Mar per la pèrdua d’un veï que deixa història a la Vila

Des de Lloret Gaceta enviem el nostre més sentit condol a familiars i amics del nostre estimat veï. Compartim un petit fragment de la seva biografia, d’una llarga carrera i una vida intensa:

Su padre había sido presidente del Girona, pero cuando él quiso dedicarse en serio al balón, la advertencia fue contundente. Sin una carrera universitaria, nada de fútbol, le dijo su padre, médico, cuando Pau Garcia Castany era apenas un niño. Las cosas claras y desde el principio, así que el joven Pau empezó su carrera futbolística sabiendo que no podía dejar de lado su carrera universitaria.

Nacido en agosto de 1948 en Girona, Garcia Castany destacó en la selección catalana juvenil y cuando lo llamó el Barça, hizo las pruebas a escondidas, para que su padre no se enterase de que estaba a punto de entrar en el club azulgrana. “Mi padre quería que fuese médico, como él”, recuerda.

Entrenaba por las mañanas y estudiaba por las tardes, y cuando le tocó irse cedido a Osasuna, se preocupó de trasladar su expediente universitario a Pamplona. Jugó en el primer equipo del Barça entre 1969 y 1971 y ganó la Copa de 1971, poco antes de irse cedido al Zaragoza porque le tocó hacer la mili en la capital aragonesa.

Aunque la idea inicial era pasar un año, también le tocó trasladar el expediente a la Universidad de Zaragoza: a orillas del Ebro se convirtió en un auténtico ídolo: le tocó compartir etapa con los ‘zaraguayos’ (Diarte, Arrúa y Ocampos, paraguayos que aterrizaron en La Romareda y encajaron perfectamente en el equipo) y vivir noches inolvidables, como un 6-1 ante el Real Madrid con un hat trick de Garcia Castany.

También le marcó dos goles al Barça, en La Romareda, el día que Migueli jugó su primer partido con la camiseta azulgrana, y eso que su posición era la de interior derecho.

A ese Zaragoza de mediados de los setenta solo le faltó un título para hacer historia: fueron segundos y terceros en la Liga y subcampeones de Copa y estuvieron dos años y medio sin perder un partido en casa. 

Pocos días antes de cumplir 30 años, en un amistoso de verano,  se rompió la rodilla por tres sitios. Lo operaron el día de su 30º cumpleaños, en agosto de 1978, y en aquel momento supo que no podría volver a competir al máximo nivel. Tardó un año y medio en recuperarse, pero por entonces acabó la carrera de Derecho  y volvió a casa para jugar en el Girona, el equipo de su ciudad, en Tercera, antes de incorporarse a las filas del Banyoles: tres temporadas y tres ascensos, de Primera Regional a Tercera.

Se estableció en Lloret de Mar: durante más de 30 años trabajó como abogado especialista en inmigación y extranjería en el despacho Iuris Lloret, pero su currículum académico no termina ahí: también acabó la carrera de Turismo y estudió tres años de Periodismo: es probablemente el jugador del Barça con una trayectoria universitaria más amplia. 

También ejerció de entrenador, siempre con equipos modestos y como complemento a su trabajo, incluso en el fútbol femenino. “Mi hija jugaba de portera en el Blanes y en un partido le metieron siete goles. El presidente del club me pidió que me hiciera cargo del equipo, que era colista”, recordaba.

A punto de cumplir 74 años, Garcia Castany disfrutaba de una plácida jubilación: jugaba al dominó y al tenis y solía acercarse al mundo del fútbol de manera mucho más periférica que antes, ejerciendo de tutor y orientador de grupos de jóvenes que se establecen durante el invierno en la Costa Brava para seguir creciendo como futbolistas. Ayer miércoles 15 de junio, Pau Garcia Castany dijo adiós dejando historia por donde pasó, en especial en su querido Lloret de Mar, donde mañana viernes le despiden, y descansará, dejando un vacío insustituible. DEP Pau.


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