La tarde-noche de Todos Santos-Halloween del pasado 1 de noviembre se vio empañada por una serie de incidentes en comisarías españolas, donde cientos de huevos requisados a jóvenes que planeaban arrojarlos contra personas, vehículos y edificios se acumulaban requisados en las mesas de los agentes. Esta práctica, importada de la festividad de Halloween en Estados Unidos, ha dejado su huella en varias ciudades españolas con daños materiales significativos.
La tradición estadounidense del “egging,” que consiste en arrojar huevos como parte de las bromas de Halloween, se ha vuelto cada vez más popular entre los jóvenes españoles. La idea detrás de esta tradición es que los jóvenes van de puerta en puerta pidiendo golosinas (truco o trato), y si no reciben dulces, recurren a “travesuras” como lanzar papel higiénico, harina o, en este caso, huevos.
Los Mossos d’Esquadra informan que prácticas de este tipo han estado ocurriendo durante los últimos 10-12 años en Catalunya y manifiestan que la tradición del TRUCO O TRATO ha quedado atrás quedando en actos vandálicos durante esta festividad. Los jóvenes organizan quedadas masivas en varias ciudades para llevar a cabo esta práctica: tirar huevos y otros objetos con el fin de dañar todo lo que se cruce por su camino en la mayoría de los casos.
Incidente en Lloret de Mar
Uno de estos incidente tuvo lugar en Lloret de Mar durante la jornada del 1 de noviembre. Se recibió una llamada en la comisaría de la policía local por parte de una ciudadana informando que un grupo de unos 20/25 jóvenes, todos vestidos de negro, estaba arrojando huevos y objetos a los vehículos en la zona de la terminal de autobuses de Lloret. Al llegar las patrullas, estos jóvenes se dieron a la fuga corriendo en dirección al barrio del Rieral.
Posteriormente, se recibieron varias llamadas que informaban que estos jóvenes se encontraban en los alrededores de la escuela Àngels Alemany. Cuando varias patrullas de la policía local comenzaron a perseguirlos tras los actos vandálicos, los jóvenes se dispersaron, creando un caos en la zona.
A las 19:38 horas, se recibió otra llamada informando que el grupo de unos 25 jóvenes se encontraba en la calle Francesc Campdera. Según los testigos, los jóvenes disfrazados continuaban rompiendo vehículos y lanzando objetos a los mismos. Durante la búsqueda y persecución, la Policía Local junto a los Mossos d’Esquadra lograron localizar a varios de los jóvenes. Dado que eran menores, se notificó a sus tutores y se levantaron denuncias administrativas.
En las dos zonas donde actuaron estos jóvenes (Rieral y Cala Banys), quedaron decenas de vehículos con desperfectos. Varios propietarios afectados, han denunciado estos daños y esperan poder encontrar a los causantes, mientras se espera el desarrollo de la denuncia contra los jóvenes identificados. La situación ha dejado en evidencia la necesidad de abordar y prevenir estos actos vandálicos en futuras celebraciones de Halloween.