La Audiencia de Girona ha condenado a un hombre que manipuló un cajero de la entidad bancaria Bankia de Lloret de Mar (Selva) por clonar tarjetas.
El acusado no pudo llegar a falsificar ninguna porque la Policía Local, alertada por un ciudadano, le localizó y detuvo cerca de la sucursal. En el juicio, el procesado ha reconocido que el 24 de agosto de 2017, acompañado de otro sospechoso, instaló un sistema de registro de bandas magnéticas y una microcámara para captar códigos PIN.
El tribunal le ha impuesto 2 años de cárcel por un intento de falsificación y una multa de 540 euros por tenencia de moneda falsa por tener un billete de 500 euros falso.
El acusado se enfrentaba inicialmente a 8 años de cárcel. Como ha reconocido los hechos y el caso ha tardado más de cuatro años en llegar a juicio, la fiscalía y la defensa han llegado a un acuerdo que se ha traducido en una rebaja de la pena. Siguiendo la conformidad, la sección cuarta de la Audiencia de Girona le ha condenado de viva voz como autor de un delito de falsificación de tarjetas de crédito y débito en grado de tentativa y un delito de tenencia de moneda falsa, este último en la modalidad atenuada por recepción de buena fe. Le aplican una atenuante de dilaciones indebidas y no llegará a entrar a prisión.
Fue un intento de falsificación de tarjetas porque, a través del aviso de un ciudadano, la Policía Local de Lloret de Mar pudo localizar y detener al procesado, junto a otro sospechoso que la Audiencia no ha juzgado este martes. El acusado admitió que sobre las siete de la tarde del 24 de agosto de 2017, acudió a la sucursal de una entidad bancaria situada en la plaza Pere Torrent de Lloret. Una vez allí, colocaron una pieza de plástico idéntica al original en la ranura donde se meten las tarjetas.
En esta pieza había integrado un sistema de registro de bandas magnéticas y los datos quedaban almacenados en una memoria interna que traspasaba la información a un ordenador. También colocaron una microcámara para captar los códigos PIN de los usuarios. “Enlazando ambas informaciones y utilizando un programa informático, podían volver a grabar la banda magnética consiguiendo una tarjeta falsa con el objetivo de obtener un beneficio económico ilícito”, recoge el escrito de la acusación de la fiscalía que el procesado ha suscrito.
Cuando la patrulla de la Policía Local le interceptó y detuvo, le encontraron un billete de 500 euros falso. También intervinieron móviles, pegamento, un portátil, un lector de tarjetas, unas tenazas y una herramienta tipo bisturí.
Como el acusado carece de antecedentes computables y se cumplen los requisitos legales, el tribunal ha acordado suspender la ejecución de la condena. Así, no tendrá que entrar en prisión con tal de no delinquir durante los próximos dos años. La fiscal y la defensa renunciaron a presentar recurso y la sala declaró firme la condena.