‘Cartas al Director’ en Lloret Gaceta: “Yo solo pido enterrar a mi hija en Lloret”

Durísimo testimonio que recibimos hoy en la redacción de Lloret Gaceta: 

Mi nombre es Manuel Ardila, vecino de Lloret, mi hija Laia, de dos añitos de edad fue asesinada el 21 de enero de 2021 en Zaragoza. Fue secuestrada en julio de 2020 por su madre y su pareja en un permiso de fin de semana junto a mi otro hijo de 4 años.

Denuncié este secuestro en la comisaria de los Mossos d’Esquadra, y a la hora de poner la denuncia el agente que la tramitó me dijo que “con quien mejor que con su madre van a estar tus hijos”, eso habiéndole presentado informes sobre los malos tratos que sufrian mis hijos cada vez que pasaban los permisos con su madre y su pareja, estos permisos fueron autorizados por una jueza que estaba informada de los malos tratos a través de los informes presentados por los Servicios de Atencion a la Infancia de la Generalitat y a los que hizo caso omiso.

A parte de la denuncia en los Mossos d’Esquadra presenté una querella criminal en el juzgado numero 2 de Blanes y tampoco se practicaron las diligencias solicitadas.

Ante tal pasividad de los organismos que deberían de defender y proteger a los niños, se permitió que durante seis meses, mis hijos fueran torturados diariamente provocando el asesinato de mi pequeña, causándonos unas secuelas a mi hijo y a mi, a parte de mi familia, que los llevaremos marcados a fuego por toda la vida.

Aún siendo esto insuficiente, desde los Juzgados de Zaragoza no permiten que pueda enterrar a mi hija en Lloret, la población donde nació mi hija y donde vivimos su hermano, abuela y yo que soy su padre. Causándonos aún mas dolor y sufrimiento.

Gracias al abogado que nos lleva el caso estamos luchando para que los asesinos paguen por la crueldad con la que asesinaron a mi bebé de dos añitos de edad y maltrataron a mi hijo de cuatro.

Ha pasado ya un año y tres meses desde que me arrebataron a mi niña y aún no la he podido enterrar, aún está en el Instituo de Medicina Legal de Zaragoza en una cámara frigorífica, ¿que más se puede hacer para destrozar la vida de una familia?.

Me veo obligado a solicitar la ayuda de los medios para dar visibilidad a esta enorme injusticia y conseguir así que por fin mi hija pueda descansar al lado de su familia aquí en Lloret y que no acabe sola en una ciudad en la que fue su peor pesadilla. Tristemente la última palabra que acabe mi hija enterrada en Zaragoza la tiene la madre, actualmente en la carcel, y al no tener recursos ella, acabaría Laia en una fosa común.  

Muchisimas gracias por leerme. Un padre desesperado: Manuel Ardila

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