Columna de opinión de Jordi Hernández en Lloret Gaceta
Los amigos de verano. Esos amigos de hace muchos años, con los que no mantienes contacto, pero que es llegar el verano y te los encuentras por Lloret. Por supuesto lo primero es ponerse al día. Y después como cada año un tema de actualidad local. Este verano ha habido un tema que destaca: la prueba piloto de la parada de taxis de Just Marlés.
Mis amigos de verano se ponen las manos en la cabeza con “la ocurrencia” del nuevo equipo de gobierno. “¡Han quitado UN CARRIL de circulación!” “¡Menudas caravanas se montan!” “Si además está siempre vacía” “Sólo sirve para ver coches mal aparcados”.
Y yo, como no, a llevarles la contraria. Por que a mi me parece una medida que hace muchos años que se debería haber hecho. El acceso de los usuarios al vehículo era peligroso al tener el tráfico tan cerca. Además de no estar adaptado. El escalón entre acera y vehículo dificultaba el acceso a los vehículos. No era la parada que nos merecíamos. Además parece que las caravanas que hay en verano desde el Museo del Mar hasta la rotonda de la terminal sean algo nuevo. Y no es verdad. Cada año pasa lo mismo. Y en mi opinión el cambio apenas empeora el tráfico. Sólo se quitan 20 metros del segundo carril de entrada a la rotonda.
Como ya he dicho hace muchos años que se tenia que haber actuado sobre La parada de taxis que se colocó en la ubicación actual en el año 2006, cuando empezaron las obras de la nueva estación de autobuses. Y en un principio recordaréis que después de la zona, hoy en controversia, el resto de taxis hacían cola en la calle de l’Oliva. Años más tarde la fila ha pasado a Just Marlés. Y así ha quedado sin que ningún político haga nada hasta que ha llegado un concejal de movilidad que, a riesgo de ser criticado, parece estar dispuesto a intentar solucionar las carencias de Lloret. Y los primeros en criticar, curiosamente, los que han tenido 8 años para dar solución a ese problema. Me hace mucha gracia escuchar al ex concejal de movilidad y ex alcalde, señor Robert, criticando a los que le han quitado la silla.
El tiempo demostrará si se trata de un “nyap” como lo califica el Sr. Robert o si mejora el pueblo. Lo que para mí demuestra es que el nuevo alcalde no tiene miedo a equivocarse. Por que el que se equivoca y el que acierta es el que toma decisiones.
El que no hace nada no se equivoca. Ni acierta. Ni cambia nada. Y eso es lo que ha pasado estos últimos 8 años. Que no ha cambiado nada. Yo como vecino de Lloret que no he votado ni unos ni a otros, prefiero un alcalde valiente.
