El Mossèn Martirià, padre de la céntrica y modernista iglesia de Lloret de Mar, ofrece en esta dinámica entrevista un pequeño repaso de este importante aniversario, e historia de uno (si no el que más) de los lugares más valiosos de la población: la iglesia de Sant Romà, que cumple 500 años desde su construcción en el lugar que hoy en día la conocemos, pero no siempre estuvo situada allí…
Y continuamos con un poco de historia sobre la protagonista de esta nota, la iglesia de Sant Romà de Lloret de Mar: La antigua iglesia de Sant Romà (con documentos que la sitúan en el lugar hace más de 1000 años), era la ermita de la “Mare de Déu de les Alegries” pero al quedarse pequeña y alejada de la civilización, a mediados del siglo XV se empezó a plantear una nueva iglesia parroquial con más facilidad de acceso y por lo tanto, más cercana al mar, donde se encontraba el centro vital de la comunidad pescadora de Lloret.
Así pues, entre los años 1509 y 1522 fue construida la nueva iglesia, situada en la explanada de sa Carbonera, actualmente “Plaça de l’Església”, en el centro de la localidad. El edificio se levantó al estilo gótico catalán, inicialmente contaba con una sola nave y estaba dotada de elementos de fortificación, como una puerta levadiza, para servir a los habitantes como refugio ante las esporádicas y peligrosas invasiones piratas.
El retablo del altar mayor fue encargado, en 1541, por los jurados de la Universidad de Lloret a los reconocidos pintores Pere Serafí y Jaume Fontanet, que lo acabaron en 1559 e incorporaba pinturas con escenas de la Pasión de Jesucristo, del martirio de Sant Romà, de la Virgen María y de los santos. El arquitecto encargado de la reconstrucción fue el descendiente lloretense Bonaventura Conill i Montobbio, seguidor de la Escuela de Antoni Gaudí, y aplicó un estilo modernista a la reforma, con detalles arquitectónicos de inspiración bizantina.
Las obras se financiaron con aportaciones de los habitantes, pero también con ayuda de lloretenses que vivían en las Américas por aquel entonces. La mayor parte de la obra ya había finalizado, pero aún faltaba terminar la fachada principal, de características peculiares. Durante los años de restauración de la iglesia, Lloret fue visitado por ilustras personalidades religiosas con el fin de admirar el proyecto. Pero Lloret pudo disfrutar muy poco tiempo de su iglesia restaurada. El 22 de julio de 1936, en plena Guerra Civil, el templo fue saqueado y destruido. La mayoría de riquezas interiores fueron calcinadas con los archivos parroquiales en una gran hoguera en la plaza.
Después de este acontecimiento y gracias a la Fundación de Sant Romà, se volvió a poner en marcha un nuevo proyecto de restauración del complejo parroquial que pretendía dignificar y acentuar la belleza estética de este edificio tan importante para la identidad lloretense.
La iglesia de Sant Romà es la huella modernista de Lloret de Mar, y una parada obligada en las visitas de los turistas a Lloret. Sus mosaicos de colores la hacen única y especial, convirtiéndose en uno de los edificios más representativos de la localidad.
Desde la plataforma “Lloret mucho más”, se esmeran en enseñar la cara A de esta preciosa población. Como muestra, este texto que hemos compartido sobre la Iglesia de Sant Romà en Lloret de Mar.
